sábado, 16 de abril de 2011

Malavares

Ir a pasear a mi perro y encontrarme un grupo de amigos haciendo malabares, en el paso de peatones. Se está a punto de acabar el tiempo del semáforo y pasean ante las miradas de los conductores que intentan pasar lo más desapercibidos posible. Y cada vez me muero de ganas de acercarme y decirles lo muchísimo que los admiro. Tal vez parecerá una tontería, pero me parece que si hubiera más gente que hiciera cosas así, a demás de más gente que lo apreciara, el mundo sería un poquito mejor, sin embargo nosotros pasamos sin más ante esas personas que nos están regalando un poquito de ellos mismos, de sus días, horas, minutos, segundos de esfuerzo ensayos o tal vez sólo de risas con sus amigos, pero sobretodo que nos están regalando arte, de un arte muy diferente al que se ve en los mejores museos.

A veces me gustaría saber hacer malabares sólo para actuar en medio de la calle con un sombrerito en el suelo. A veces me gustaría arreglar la cuerda que se le rompió a mi guitarra y volver a tocar sólo para cantar una canción con mis amigos en cualquier parque.

Tumbarse en el césped, subir tejados, saltar, planear viajes, la emoción de empezar un viaje, la sensación al recordarlos, irse a dormir tras un día que sin duda debe haber tenido más de 24 horas, esperar aviones, niños de seis años que los saludan al pasar, fotos viejas, un grupo de música nuevo, carreras girando colina abajo...




Estas vacaciones me he propuesto aprender a hacer malabares, creo que tengo unas bolas en el antiguo cajón de los juguetes de la autocaravana :)